La Gestión Orquestal

El siguiente artículo trata sobre la formación, el perfil y el acceso  al mercado laboral del profesional en gestión orquestal. Su autor es Roberto Ugarte Alvarado, bajo el título de «Formación y desarrollo del gestor musical: la gestión orquestal»  fue publicada en Musiker. 16, 2008, 357-361.

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Probablemente, la gestión musical es una de las últimas, si no la última, perspectiva laboral que se plantea nadie que esté realizando sus estudios musicales. La inmensa mayoría, lógicamente, se ve en un futuro como intérprete o como docente, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que hasta hace relativamente poco tiempo, digamos veinte o veinticinco años, la gente se veía obligada a compaginar sus estudios musicales con los de una carrera más “honorable” con la que pudiera ganarse la vida. 

Este estado de coma profundo en el que vivió la música en España duró mucho. En realidad, duró tanto que resulta casi imposible explicar el panorama actual y el florecimiento de todo lo relacionado con la música: Coros, Conservatorios, Escuelas de Música, Auditorios, ¡Orquestas!.

 

creacion-gestion-empresaEn 1975 en España ya existían varias orquestas pero, salvo Radiotelevisión Española, Nacional, Ciudad de Barcelona, Sinfónica de Bilbao y, quizás, Valencia, el resto todavía eran embriones de lo que la actualidad nos presenta: 27 orquestas profesionales, todas ellas con presupuestos, programación y plantillas estables, que en 2005 manejaron unos recursos humanos de 2.139 músicos y un presupuesto aproximado de 156 millones de euros. 

Con esta realidad, ya nos podemos figurar la absoluta necesidad de personal especializado que pueda ponerse al frente de cada orquesta, aparte, claro está, de los directores titulares, que ejercen la responsabilidad artística, que no es poca. Evidentemente, estas personas existen y, según qué orquesta, adoptan una denominación diferente: gerente, director-gerente, director general, director técnico, coordinador artístico, gerente musical, administrador, intendente, son los más comunes. 

Cuando las orquestas comenzaron su andadura “moderna”, alrededor de 1980, la mayor parte de esas necesidades fueron cubiertas por personal proveniente de las diferentes administraciones que daban cobijo a las orquestas: funcionarios técnicos de cultura, músicos de las bandas municipales, músicos de las propias orquestas en cuestión a los que se les ofreció esa posibilidad, etc. En aquel momento las orquestas estaban en su mayor parte integradas por músicos provenientes de los Países del Este, todavía sin conciencia colectiva, apremiados ante la oportunidad de conseguir un puesto de trabajo estable y, por tanto, poco organizados. Estas condiciones hicieron posible que los responsables de las orquestas pudieran ir aprendiendo los peculiares mecanismos del medio a medida que la propia orquesta iba evolucionando, porque había que familiarizarse con un mundo poco o nada conocido y poco o nada regulado en España.

Se hicieron viajes para conocer los modelos tradicionales europeos (Italia, Francia, Alemania e Inglaterra) y, en 1993, se dio un paso fundamental: la creación de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) que agrupa a todas las orquestas profesionales del Estado. En el seno de AEOS se compartieron todas las inquietudes, dudas y, sobre todo, toda la información que cada orquesta poseía en cuanto a su experiencia propia. Poco a poco se fueron firmando los primeros convenios colectivos que animaban a su vez a otras orquestas a elaborar los suyos, etc. En definitiva, el en su día gestor cultural o musical ya se había visto obligado a especializarse y convertirse en un gestor orquestal.